-No digas nada.-
-¿Porqué?-
-Por favor.-
Y de alguna manera estoy haciendo algo que no es correcto, que no quiero, lo hago por la misma razón que Daniel Arizmendi cortaba orejas a sus víctimas.
-Porque puedo.-
-¿Y te funciona?-
Ya te dije, eres un caballo, no eres nadie, eres un personaje de caricatura, nunca hubo sesiones, como dijiste si te sales ahorita todas estas semanas no te habrán servido de nada. Y en el sótano el bebé crece y se come a la gente. pero quedamos que eso nunca lo vas a poder ver, ¿verdad? y eso me reconforta.
-¿Me estás escuchando?
Es martes trece y he decidido ir al lado oscuro, después de todo estoy exactamente igual que hace tres años, que hace dos años, exactamente igual que hace un año, nada ha cambiado.
-Pero profesor. ¡Si es una naca! se lo merece.-
-¿Ya te viste al espejo?
Intoxicación, dulce olvido por minutos. Quizá es cierto, se ha vuelto verdad, Hace seis años el baño estaba limpio y ahora también. Hace cuatro estábamos viendo al mismo hombre, cansado en la destrucción.
-No te vayas a enojar.-
-¿Porqué?-
Porque estás utilizando la voz del hombre que más detesto en el mundo para acordarte de mí, ojalá ese idiota estuviera muerto pero es su voz con la que me recuerdas por alguna razón, ésta es mi carne y está marcada, quiero que me perforen la piel.
¿Sabes? Hoy escuché una de nuestras canciones, saca tu odio fuera de mí, haz tu cabeza mi víctima tu nunca nunca creerás en mí yo soy tu torniqué. Y creerás que no le había puesto atención, esa canción me la estás cantando, me la dedicas, tienes razón.
Estoy al otro lado de la cubeta escuchando música que no lo es, pura estática, mi trabajo me ha costado desensibilizarme a la música de los hombres y mujeres inferiores.
-Yo no soy una buena persona-
-¿Porqué lo dices?
Porque no vale la pena ser bueno, en el café de siempre la niña que vive exactamente a trescientos pasos de mi casa me dice algo sensato, debería ser justo y equitativo, una tú y una yo, al menos eso, estar diez minutos en Satélite y volver, recibo la llamada y me esperan en media hora, pero no tengo prisa, si fueras tú quien me llama estará allí en cinco minutos y llegaría en tres, en vez de eso respondo que en una hora, ella tiene razón no me interesa y de alguna manera una hora después estoy esperando en el andén contando los metros, digo que en cinco metros me voy a mi casa, veo a mi alrededor y son hombres y mujeres inferiores, y por error no cargué el dispositivo de supresión de la realidad del que tanto he dependido.
Es sábado y la mujer sin pies me escucha leer mis obras. Es curioso, pensaba que compartir la misma música era algo que iba a extrañar y sí lo extraño, pero ahora hablamos de las mismas películas.
-Cuando me hablas me gustan mucho más. Observas cosas que nadie había visto y se precian de conocedores-
Y así fué como me deshice del prejuicio, la única diferencia entre ellos y yo fue que vieron las peliculas antes que nadie y en exclusiva, ese era su gran encanto, pero ahora que las puedo conseguir son más que una medalla por ser diferente, son fuente de inspiración y de cultura. ¿Alguna recomendación? Claro que no. Así no funcionan las cosas. Me las voy a callar, es un mundo que descubrí al que accedo para aliviarme esta herida.
-Te voy a hablar mañana temprano para que veas que no lo dije por el alcohol.-
-No te creo.-
-Tendrás que arriesgarte.-
Lo dije porque no me interesa, porque entre toda la intoxicación pensé que tenía el corazón muerto y te lo dije y es cierto, sin ti me transformo en un monstruo sin alma y quizá sea lo mejor. Una vez te dije que nosotros nacemos sin alma y no me creíste cuando te dije que contigo la encontraba. Y ahora ya ves, el martes trece decidí pasar al lado oscuro y así debe ser.
Adivina, ya conseguí la discografía de Rasputina.
-Ya mañana me desocupo, si quieres nos vemos a la otra semana.-
Ella fue la de la idea, precisamente ahora que en el calor de las copas hice una de esas cosas que no se hacen, ¿y porqué no? porque si alguien me contara lo que pasó del otro lado, de la otra perspectiva me enojaría mucho, yo soy nadie, yo soy nn rostro más en el metr, en la calle, yo soy ninguno y aún así siento mis pasos, Y recuerdo lo que me reclamaste, debería clavarte los pies en el suelo, debería de obligarte y una parte de ti me lo iba a agradecer.
-Yo no soy una buena persona.-
-¿Porqué lo dices?-
Porque desde que te fuiste me volví un monstruo sin alma. porque así debe ser.
-¿Porqué?-
-Por favor.-
Y de alguna manera estoy haciendo algo que no es correcto, que no quiero, lo hago por la misma razón que Daniel Arizmendi cortaba orejas a sus víctimas.
-Porque puedo.-
-¿Y te funciona?-
Ya te dije, eres un caballo, no eres nadie, eres un personaje de caricatura, nunca hubo sesiones, como dijiste si te sales ahorita todas estas semanas no te habrán servido de nada. Y en el sótano el bebé crece y se come a la gente. pero quedamos que eso nunca lo vas a poder ver, ¿verdad? y eso me reconforta.
-¿Me estás escuchando?
Es martes trece y he decidido ir al lado oscuro, después de todo estoy exactamente igual que hace tres años, que hace dos años, exactamente igual que hace un año, nada ha cambiado.
-Pero profesor. ¡Si es una naca! se lo merece.-
-¿Ya te viste al espejo?
Intoxicación, dulce olvido por minutos. Quizá es cierto, se ha vuelto verdad, Hace seis años el baño estaba limpio y ahora también. Hace cuatro estábamos viendo al mismo hombre, cansado en la destrucción.
-No te vayas a enojar.-
-¿Porqué?-
Porque estás utilizando la voz del hombre que más detesto en el mundo para acordarte de mí, ojalá ese idiota estuviera muerto pero es su voz con la que me recuerdas por alguna razón, ésta es mi carne y está marcada, quiero que me perforen la piel.
¿Sabes? Hoy escuché una de nuestras canciones, saca tu odio fuera de mí, haz tu cabeza mi víctima tu nunca nunca creerás en mí yo soy tu torniqué. Y creerás que no le había puesto atención, esa canción me la estás cantando, me la dedicas, tienes razón.
Estoy al otro lado de la cubeta escuchando música que no lo es, pura estática, mi trabajo me ha costado desensibilizarme a la música de los hombres y mujeres inferiores.
-Yo no soy una buena persona-
-¿Porqué lo dices?
Porque no vale la pena ser bueno, en el café de siempre la niña que vive exactamente a trescientos pasos de mi casa me dice algo sensato, debería ser justo y equitativo, una tú y una yo, al menos eso, estar diez minutos en Satélite y volver, recibo la llamada y me esperan en media hora, pero no tengo prisa, si fueras tú quien me llama estará allí en cinco minutos y llegaría en tres, en vez de eso respondo que en una hora, ella tiene razón no me interesa y de alguna manera una hora después estoy esperando en el andén contando los metros, digo que en cinco metros me voy a mi casa, veo a mi alrededor y son hombres y mujeres inferiores, y por error no cargué el dispositivo de supresión de la realidad del que tanto he dependido.
Es sábado y la mujer sin pies me escucha leer mis obras. Es curioso, pensaba que compartir la misma música era algo que iba a extrañar y sí lo extraño, pero ahora hablamos de las mismas películas.
-Cuando me hablas me gustan mucho más. Observas cosas que nadie había visto y se precian de conocedores-
Y así fué como me deshice del prejuicio, la única diferencia entre ellos y yo fue que vieron las peliculas antes que nadie y en exclusiva, ese era su gran encanto, pero ahora que las puedo conseguir son más que una medalla por ser diferente, son fuente de inspiración y de cultura. ¿Alguna recomendación? Claro que no. Así no funcionan las cosas. Me las voy a callar, es un mundo que descubrí al que accedo para aliviarme esta herida.
-Te voy a hablar mañana temprano para que veas que no lo dije por el alcohol.-
-No te creo.-
-Tendrás que arriesgarte.-
Lo dije porque no me interesa, porque entre toda la intoxicación pensé que tenía el corazón muerto y te lo dije y es cierto, sin ti me transformo en un monstruo sin alma y quizá sea lo mejor. Una vez te dije que nosotros nacemos sin alma y no me creíste cuando te dije que contigo la encontraba. Y ahora ya ves, el martes trece decidí pasar al lado oscuro y así debe ser.
Adivina, ya conseguí la discografía de Rasputina.
-Ya mañana me desocupo, si quieres nos vemos a la otra semana.-
Ella fue la de la idea, precisamente ahora que en el calor de las copas hice una de esas cosas que no se hacen, ¿y porqué no? porque si alguien me contara lo que pasó del otro lado, de la otra perspectiva me enojaría mucho, yo soy nadie, yo soy nn rostro más en el metr, en la calle, yo soy ninguno y aún así siento mis pasos, Y recuerdo lo que me reclamaste, debería clavarte los pies en el suelo, debería de obligarte y una parte de ti me lo iba a agradecer.
-Yo no soy una buena persona.-
-¿Porqué lo dices?-
Porque desde que te fuiste me volví un monstruo sin alma. porque así debe ser.
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