Es sorprendente lo poco que necesitamos en verdad para ser felices, al Papá de Mafalda le basta con unas palabras de cariño sinceras para ser la fuerza positiva en un mundo de negatividad.
Pensamos en el futuro como un lugar horrible donde no habrá espacio para nosotros, donde no hay futuro para nuestros hijos. Susanita, como siempre piensa en un futuro donde es madre, se ha contagiado de los miedos de Mafalda. Mafalda tiende a preocuparse por lo que no ha sucedido aún y a arrastrar a todos sus amigos. Sin embargo esta vez ha encontrado en sí misma la salida a su miedo, ha entrado en la caverna y salido a la luz. Con su iluminación erradicará de sus amigos el miedo que ella mima sembró. Al liberarse ha liberado al mundo.
Es bueno ser agradecidos por lo que tenemos, sin embargo Susanita basa su autoestima en lo que carecen los demás. Esta felicidad es falsa, es capaz de dar pero con tal miopía no hay nobleza alguna en ello. Debemos de procurar que los actos con los cuales ayudamos a los demás sean puros, si no éstos están corruptos y no florecerán.
Cuando des, da, no esperes recibir. Cuando recibas recibe, no esperes dar.
Me encanta la tira de la sopa, ya que a mí tampoco me gusta mucho la sopa. En especial los consomés y caldos se me hacen horrendos.
ReplyDeleteQue bueno es ver tu habilidad para desenmarañar un concepto psíquico en un los personajes de ficción.
ReplyDeleteRecuerdo haber leído a Mafalda, en una época en la que poco me interesaba la reflexión. Hoy, la veo con una perspectiva distinta gracias a ti.
Gracias Augusto. Por aquí seguiremos.