Tuesday, June 20, 2006

Espirales

Emoticón actual: calmado/a -Quiero que cuando me conozcas veas a un hombre maravilloso-
-¿A quién le hablas?
Estás de nuevo frente a mí y no puedo ver tu rostro ni tu cuerpo, esta vez no sé con quien estoy hablando.
-Y eso es terriblemente conveniente, ¿verdad?-
-Creo que ya debo dejar de venir a las consultas, a veces pienso que no me quiero curar.
-¿Porqué? ¿Porqué piensas que vas a dejar de escribir o algo así? Esta es la primera vez que veo lo que escribes, tu narrativa es muy neurótica. fragmentaria, como si no quisieras confesar lo que necesitas confesar. Como si no te quisieras comprometer con tus propias palabras. Confiesa, éste es tu desahogo, ya no tienes nada que perder, sólo dilo.
Es martes y en una sala que se supone que no debía estar, ella me dice que le fascinan las espirales, eso me agrada, vi la película con la niña de las espirales en el cabello, las espirales que se pueden comer, las espirales en la cerámica, las espirales en el agua y en el oído, veo como una mujer se corta las huellas digitales porque tienen forma de espiral, espiral, espiral, que el demonio va a pasar.
-Este es Augusto Valdés, ¿Te acuerdas de mí?
-¿Lo conoces?
-No, nunca lo había visto.
-¿porqué le preguntas que si se acuerda de ti?
-Es una larga historia.
En el sueño estamos es un teatro abandonado, el suelo y las paredes con olor a humedad, ¿puedes oler en tus sueños? En ese sueño la niña de las espirales en el cabello hace títeres con hilos y alambres, y en el suelo el amor, es decir por los suelos.
-Quiero que estés orgullosa de mí.
-Apenas hace un mes que te conozco.
Y de nueva cuenta no sé con quién estoy hablando, otra vez eres ella, una mujer sin rostro ni silueta, letra en un mensaje anónimo, me llamaste a las ocho de la mañana com siempre y me dijiste que quieres descansar, pero yo insistí y pasamos un día maravilloso, sin café, caminando por ese cine abandonado buscando un pastel para tu papá.
Pero tú no tienes padre. ¿con cuál de ustedes estoy hablando?
-¿Y tu corazón?
-No importa, no quiero pensar en ello, estoy harto de pensar en ustedes, me afectó demasiado lo que me dijiste la última vez y me molesté contigo, pero me di cuenta que no tengo porqué.
¿Con cuál de ustedes estoy hablando?
Una espiral nace en el centro de la otra, son las seis de la mañana y por algún motivo en el sueño había un teatro abandonado con el nombre de Seki Sano, habías hecho un títere con un limpiapipas y unos hilos y danzaba. El piso estaba sucio y la humedad invadía las paredes, no como el cuarto enfrente de la computadora.
-Quiero que me amen
-No hables de eso-
Estás en la ventana pero esa no eres tú, camino a tu lado y tomas mi mano y me doy cuenta que no eres tú, porque tú tienes pies.
-No sé si quieras que nos sigamos viendo, te ofrezco mi amistad.
-Vete a la fregada, ya no te quiero ver nunca.
Pero eso nunca pasó. Y menos porque no sé con quien estoy hablando.
- Al menos pudiste darme las gracias después de todo lo que hice por ti, es lo menos que esperaba escuchar, estoy harto que me impongas tus traumas, yo no soy ése ni ese otro, estoy harto que cada vez que hablamos de nosotros hables de su maldito nombre. ¿no te das cuenta? No es justo que me compares, yo no soy él ni lo pretendí nunca, yo no tengo porqué andar soportando tus traumas. y no quiero nada, no estoy listo para volver a visitar los lugares que vimos juntos, no estoy listo para eso. ¿no lo entiendes? Yo no te hice abortar, yo no te arranqué la libertad.
Los mismos espacios y me duele que en las paredes siga sintiéndose tu presencia, que cuando voltee tu nombre aparezca escrito en papeles que no debo ver. Al menos quería escuchar un gracias, gracias por todo, gracias por lo que hiciste por mí.
Y ésa si eres tú. Y éstas si son palabras que debías de escuchar. O leer, ¿podrías hacerme el puto favor de hablarme en español?
-¿A quién le hablas?
Y de nuevo el silencio detrás de las paredes. Y de nuevo el alivio temporal que ofrece la intoxicación.
En la pantalla un hombre santo mata a quince personas porque odia a los hombres inferiores, ésas son sus uñas, ése es un idioma que hablas pero esta vez no me importa, no tienes porqué contaminar este gozo tan grande de ver al monstruo que es un hombre santo; San José del Ataúd, ruega por nosotros, Nuestra Señora de la Espiral ruega por nosotros, Santa Juana de los Mataderos ruega por nosotros. Esta noche poseeré tu cadáver. suena bien, ¿porqué no ahora?
-Tengo dos cosas que decirte. estaré por aquí el miércoles o el jueves.
-Dime una ahora.
-No.
Esta vez no me importa desde tu ventana, pero ésa no eres tú.
-Estás bajando mucho de peso, eso es un síntoma de depresión clínica. Estás peor que nunca, es mi opinión, estás volviéndote demente.
-¿Qué? ¿Qué clase de psicólogo es usted?
-¿Psicólogo? ¿Estás ciego? ¡Yo soy un caballo!
Y en el cielo todo está bien. Aquí en la tierra sigo atrapado por el hierro del miedo. es martes trece y he decidido ir al lado oscuro, he decidido tomar por la fuerza lo que me pertenece, estoy cerca y lejos.
pero no sé a quien demonios le estoy hablando, no sé quien eres, no sé cuál de to

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